Varoufakis por El Mundo


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Entrevista en El Mundo a Yanis Varoufakis.

Nada más llegar al gobierno, asegura que tuvo una conversación con Jeroen Dijsselbloem, presidente del Eurogrupo, que dijo que si no firmaban el acuerdo que el anterior gobierno había acordado, pondrían fin al programa de ayudas:

(…) le puedo decir que todo esto lo tenían preparado desde el principio, que ya hace cinco meses existía un plan para acabar con un Gobierno que no aceptaba dejarse chantajear por el ‘establishment’ europeo.

Varoufakis ve, por tanto, una estrategia del Eurogrupo para acabar con un gobierno que no es de su agrado. Esa es la base sobre la que se sostiene todo el argumento del gobierno griego.


Sea cual sea el resultado del referéndum, el lunes habrá un acuerdo, estoy completa y absolutamente seguro. (…) Si gana el ‘sí’ en el referéndum tendremos un acuerdo no ya malo, sino absolutamente nefasto. (…) Si gana el ‘no’ el primer ministro griego, Alexis Tsipras, contará con armas para conseguir negociar un acuerdo mejor.

Eso, en realidad, está por ver. El resultado del referéndum no vincula en absoluto al Eurogrupo, sino al gobierno heleno, por lo que estará realmente ligado a su posición negociadora, que no es lo mismo que tener más fuerza. Confían en que, de ganar el ‘no’, Europa tendrá que mover ficha, reposicionarse. No tiene por qué ocurrir.

Las fuerzas conservadoras de Europa esperan y desean que en el referéndum gane el ‘sí’, eso está clarísimo. Si lo consiguen, al día siguiente Mario Draghi apretará el botón rojo, la línea de liquidez de emergencia (ELA, por sus siglas en inglés) volverá a funcionar y los bancos abrirán sus puertas el martes. Si gana el ‘no’, y a pesar de las amenazas con las que están tratando de condicionar el voto, Tsipras irá rápidamente a Bruselas el lunes, llegará a un acuerdo y los bancos abrirán igualmente.

No parece muy coherente que el primer ministro heleno viaje a Bruselas con una presunta posición negociadora más fuerte -lo que se traduce en mayores exigencias- y vaya a conseguir en un día lo que no se ha logrado en meses. Por tanto, es de esperar que, dado ese escenario, el lunes no haya acuerdo. Lo explicaba Juan Ramón Rallo la noche del viernes: «Si no hay acuerdo, el gobierno griego no tiene plan de financiación, lo que lo convierte en insolvente. Si es insolvente, la deuda pública que tiene la banca griega, valdrá entre un 50-70% menos. Si aplicas esa quita a la banca griega, la banca griega está quebrada. El BCE no puede prestar, lo tiene prohibido por sus estatutos, a bancos que sean insolventes. Tendrían, por tanto, que cerrar el grifo de liquidez porque, de lo contrario, estarían prevaricando. Por tanto, no es una decisión política echarlos del euro, es una decisión puramente técnica».


El problema es que a la UE no le gusta la democracia. (…) Como somos un Gobierno responsable y europeísta, decidimos que al igual que no habíamos recibido el mandato de nuestro pueblo para hacer pedazos ese acuerdo, tampoco habíamos recibido el mandato para decirle a los griegos y a nuestro Parlamento que ese acuerdo nos parecía valido, porque no nos lo parece. (…) En el Eurogrupo del 27 de junio me dijeron (…) que la propuesta de acuerdo era un asunto muy complicado para dejar la decisión final en manos del pueblo griego. Eso (…) es un ataque gigantesco a la democracia. Democracia, se lo recuerdo, es un sistema en el que la gente normal toma decisiones muy complejas. Europa, el lugar que inventó la democracia, se ha convertido casi sin que nos diéramos cuenta en enemiga de la democracia.

El mantra del gobierno griego: ellos representan la dignidad, el orgullo y la democracia. El Eurogrupo, representado por nada menos que 18 democracias, lo opuesto que usted quiera imaginar. Es una falacia deslenguada. Sólo el populismo se atreve a plantearla en estos términos. Afirmar que «en democracia la gente normal toma decisiones muy complejas» es simplemente falso. Como escribió hace pocos días Tsevan Rabtan en su blog: «Se trata de trasladar al que vota la idea de que es un tipo sabio, entendido y capaz, en vez de simplemente recordar que no hay otra forma mejor de designar quién nos gobierna». Las decisiones complejas deben quedar para los tecnócratas, para los que nos representan. Por eso, plantear el referéndum es de una total irresponsabilidad. Las apelaciones a los orgullos no suelen salir bien.


[La periodista pregunta si la UE pretende mandar un mensaje al resto de países del sur de Europa sobre los supuestos peligros de votar a partidos de izquierda radical como es Syriza]. Se trata de una reflexión muy interesante y que es lícito hacer. Pero no voy a comentar nada al respecto. He aprendido el lenguaje de la diplomacia.

Ya ha dejado claro al principio que esto era algo que tenía preparado el Eurogrupo. Más adelante, responde a la pregunta: «Están tratando de convertir a Grecia en un ejemplo para los demás». Por tanto, Varoufakis debe de pensar que todo lo que está ocurriendo es más política que economía.

[Si gana el ‘sí’] la democracia se encontraría en peligro, porque significaría que ha ganado el miedo. Si ganara el ‘sí’, la recesión se haría más profunda, la esperanza en un futuro mejor se evaporaría y los europeos dejaríamos de sentirnos dueños de nuestro destino. Si gana el ‘sí’, los expertos y los tecnócratas que consideran que la gente común no puede decidir sobre estos asuntos se habrán salido con la suya, mandarán en Europa. Y Europa, el lugar en el que nació la democracia y el racionalismo, se convertirá en un lugar dictatorial e irracional.

Esta respuesta demuestra la perversión en la que se ha convertido el referéndum. El gobierno heleno lo plantea como una elección entre democracia y racionalismo versus dictadura e irracionalismo, no sobre unas medidas concretas. Insulta a la mitad de su pueblo, a las democracias del Eurogrupo y, sobre todo, se define él mismo. Cuando Tsipras dice que no tienen intención de salir del euro, omite que hay un porcentaje muy alto de probabilidades de que eso ocurra a pesar de sus deseos. Lo hace deliberadamente porque la mayoría quiere la permanencia y perdería el referéndum holgadamente. Por tanto, no se está jugando limpio.

La sociedad se ha polarizado y corre el riesgo de enfrentarse aún más. El gobierno heleno hace responsable al pueblo de decisiones técnicas y, sea cual sea el resultado, cuando las cosas empeoren, corren el riesgo de que una mitad culpe a la otra de la situación.


Lo que están haciendo con Grecia tiene un nombre: terrorismo. ¿Por qué nos han forzado a cerrar los bancos? Para insuflar el miedo en la gente. Y cuando se trata de extender el terror, a ese fenómeno se le llama terrorismo.

Llama terroristas a los que tiene que pedir dinero. Menos mal que ha aprendido el lenguaje de la diplomacia. Sólo le faltan las formas.

Con la manta a la cabeza


Oriol Junqueras y Artur Mas.
Oriol Junqueras y Artur Mas.

Hay dos clases de hombres: los que cavan para encontrar petróleo y los que cavan su propia tumba. Aunque parezca mentira, está por ver de qué tipo es Artur Mas. Su fracaso electoral no le frenó y, a pesar de que afirmó que debía tener una mayoría excepcional para liderar el proceso secesionista, a pesar de que CiU ha pasado de 62 a 50 escaños, Mas se ha apoyado y excusado en la fuerte subida de ERC para ser nombrado presidente. Es decir, pudiendo haberse bajado de la burra, como prometió si no lograba su mayoría, ha decidido seguir liado con la manta a la cabeza. ¿Por qué? Parece que para minimizar el desgaste, motivo primario por el cual, en un principio, convocó las elecciones.

Si me preguntan mi opinión, creo que la jugada de Mas consiste en salvar los primeros dos años de gobierno. Se espera que, para entonces, la economía haya mejorado lo suficiente y se comience a crear empleo o, al menos, a no destruirlo. El nivel de descontento y protesta social habrá disminuido notablemente porque uno de sus principales catalizadores, ERC, apoya el gobierno y aprueba los presupuestos. No en vano, Esquerra ha calificado estos prespuestos como presupuestos de resistencia, donde la asfixia de las finanzas de la Generalitat no se deben solo a la crisis,

sino sobre todo por las deudas impagadas del Estado, que son enormes, y también por un expolio fiscal insoportable.

Así, serán dos años de mayor tranquilidad para Mas, aunque las tensiones se vivan a partir de ahora con sus socios de gobierno, de puertas para adentro, más fáciles de lidiar que las manifestaciones. Esas tensiones, según mejore la economía y la protesta callejera disminuya, podrían romper las cuerdas con ERC: a mayor recuperación económica, menor desgaste. Será entonces cuando llegue el momento de la verdad para el actual gobierno catalán: si rompen con ERC, no habrá referéndum; si continúan con lo anunciado, no tendrán más remedio que llegar a un verdadero enfrentamiento con el gobierno central. Y tienen todas las de perder.

En Esquerra, por supuesto, no son tontos. También les conviene el acuerdo con CiU porque, aún sabiendo que puede no cumplirse, podrán sacar rédito político culpando a Convergencia de ello. Son conscientes de que la ruptura de gobierno precipitaría la caída de Mas. Si PSC o PP no lo evitaran, habría unas nuevas elecciones donde ERC, tras pasar de 10 a 21 escaños y aumentar su porcentaje de voto en un 126% en la última convocatoria, espera captar una parte importante procedente de la promesa autodeterminista incumplida de CiU.

Un poco español, de padre nigeriano y de abuelo mal holandés


Una mujer camina sobre oleoductos. Fotografía: George Osod

En la primera mitad de la década de 1980, Nigeria disfrutó de un boom petrolero descomunal que el gobierno despilfarró de forma catastrófica, solicitando cuantiosos créditos y derrochando el dinero en proyectos inútiles y plagados de corrupción. Así y todo, durante el boom, parte de la bonanza terminó por revertir inevitablemente en la gente de a pie. En 1986, sin embargo, el precio del petróleo cayó en picado y en Nigeria se acabó la fiesta de un día para otro. No sólo se redujeron drásticamente los ingresos del petróleo, sino que los bancos ya no estaban dispuestos a seguir concediendo créditos; de hecho, lo que entonces pretendían era cobrarlos. Este brusco viraje desde los ingresos abundantes y la generosidad crediticia hasta los ingresos exiguos y la amortización redujo casi a la mitad el nivel de vida en Nigeria; el ciudadano iba a acusar este declive catastrófico tanto si entendía sus causas como si no. Entonces el gobierno acometió algunas reformas económicas no demasiado ambiciosas, anunciando a bombo y platillo que contaban con el apoyo de diversos organismos financieros internacionales. Las reformas se camuflaron dentro de un grandilocuente paquete de medidas políticas y recibieron el nombre de «programa de reajuste estructural». Aunque modestas, tuvieron un éxito considerable: la producción creció con más rapidez que durante todo el boom del petróleo. Sin embargo, estos escasos puntos porcentuales de crecimiento en producción no petrolera se vieron anulados por la depreciación del petróleo y por la necesidad de amortizar los créditos, con la consecuente contracción del gasto. El crecimiento que propiciaron las reformas apenas ayudó a compensar la penuria que trajo consigo el desplome del nivel de vida: eso es lo que ocurrió, pero no lo que los nigerianos creyeron que ocurrió. Los nigerianos, como era de esperar, creyeron que el terrible aumento de la pobreza que sufrieron en carne propia se debía a esas reformas económicas pregonadas a los cuatro vientos. Hasta ese momento, las condiciones de vida habían mejorado, pero fue entrar en vigor las reformas y dispararse la pobreza. Dada esa convicción, los nigerianos se formularon la pregunta más obvia: ¿por qué nos sometieron a una «reforma» tan devastadora?, y a la conclusión que llegaron, inevitable habida cuenta de los pasos previos, es que las instituciones financieras internacionales se habían confabulado para arruinar Nigeria.

El club de la miseria, Paul Collier.

El tasador de sueños


Lágrimas en la cocina recogen el último desayuno. El gas se ahoga y se apagan las luces. Las maletas están en la puerta. Solo han quedado fuera los abrigos, calefacción de los últimos días. Los muebles se quedan allí donde los colocaron hace siete años con la ilusión estrenada de su nuevo viaje. Ahora, no tienen dónde encajarlos. El paro les ha arrasado la vida.

Llegaron a su casa en 2005. Solían bromear con que era del banco. Nunca pensaron que sus bromas serían sus pesadillas del futuro. Los dos tenían trabajo, así que poco después, se casaron. Luego, vinieron los niños. Los ahorros se escaparon en los veranos de Mallorca y esos días que se cogían en Semana Santa. En los regalos de navidad. En los restaurantes de fin de semana. En el BMW. Así, engordaban sus sueños, crecían sus hijos y alimentaban su vida.

Pero llegó la crisis con los despidos, casi simultáneos. Tardaron en encajar su nueva realidad. Esperaban encontrar un trabajo en el yermo laboral. Poco a poco, vendieron el coche, se privaron de viajes y se terminaron los restaurantes. Cambiaron de supermercado. Ella encontró un trabajo. Mal pagado, pero ayudaba. Para entonces, los intereses casi quiebran la pareja. Cuando él dejó de percibir el paro, no pudieron pagar la hipoteca.

Hoy cierran la puerta por última vez. En 2005 entraron en la sucursal para solicitar una hipoteca. Les tasaron la casa, el coche y las vacaciones. Les tasaron la boda. No abrieron los ojos. Y les tasaron los sueños.

Previsiones para España (en 12 tuits)


Resumen, en doce tuits de María Muñoz, del informe sobre las previsiones económicas para España de la Comisión Europea.

Se veía venir


Reorganizando imágenes en nuestros ordenadores, descubrimos unos brutos de un documental fallido. Era el año 2007, Olga Latorre y Juan Zarza buscaban en los habitantes de este pequeño pueblo, opiniones sobre la vida de Avelino Hernández (escritor de Valdegeña). La conversación con estas dos personas fue una maravilla y escucharlo ahora, 5 años más tarde, una pasada.

Así se presenta este breve vídeo de dos ancianos. Como dice la introducción, se grabó en 2007. Entonces, la culpa era de los nuevos ricos, de los que gastan más de lo que tienen, de los que asumen deudas que no podrán pagar. La crisis ha emborronado responsabilidades. La culpa se ha transferido del individuo a los banco y a los políticos, fácilmente identificables, diana de cualquier discurso que diluya responsabilidades ajenas.

El vídeo no explica la crisis financiera ni la posterior crisis de deuda, hija maldita de la primera. Pero sí explica por qué muchas familias viven el drama que viven hoy.

Overdose: La próxima crisis financiera


El inicio de la crisis inmobiliaria en 2007 dio lugar al colapso financiero de 2008. Los gobiernos, para remediar la situación se dedicaron, fundamentalmente, a inyectar liquidez, que es algo así como hacer que todo lo que uno tiene valga menos porque el dinero pierde valor.

Muchos son los que anunciaron que así no se saldría de la crisis. Por supuesto, no se les ha escuchado. Hoy, varios países, el primero Grecia, se enfrentan a la quiebra. Los gobiernos no quieren ni oír hablar de medidas impopulares y arrastran así la economía al abismo. El documental Overdose: The Next Financial Crisis anticipó lo que ahora ocurre. Si la crisis de deuda de los estados estalla, será una broma comparado con lo que hemos vivido hasta ahora. Sin embargo, los premios, la difusión y el éxito se lo ha llevado, cómo no, Inside Job, que culpa, faltaría más… a los ricos y a los banqueros.