Ana Pastor entrevistó anoche a Iñaki Gabilondo. Ella comentó:
Hay quien dice que los nuevos tienen rabo, tienen cuernos, son el demonio. Se ha percibido así por parte de quienes tienen resistencia y miedo al cambio. Eso, casi siempre pasa, ¿no?
La periodista Pastor dibuja un demonio en el imaginario del cauto para ridiculizarlo. Así es como se instaura como verdad absoluta que todo cambio es bueno. Se ha instalado como pensamiento débil. No hace falta desmenuzar una idea, pensarla, debatirla. Si el cambio es bueno por defecto, cualquier idea nueva pasa el corte. Es el camino más corto para que la demagogia pase por encima del pensamiento crítico.
Y es que la palabra cambio tiene una connotación positiva. Nuevas oportunidades, cambiar el mundo, retos personales… La vida es un cambio constante y hay que adaptarse a ellos para sobrevivir. Cuando buscamos un cambio en la vida, siempre lo buscamos para mejor. Incluso el término ‘cambio climático’ tiene algo positivo en él, la concienciación del ser humano respecto al cuidado del planeta.
La idea del cambio siempre es atractiva. También en malos momentos. En estos años de crisis, muy pocos dirían que no quieren un cambio en su vida. En estos años casi todos hemos perdido. Unos más, otros menos. Algunos ven un dedo acusatorio y culpan a otros de su propia situación. Y reclaman que se la solucionen. Y los dueños del índice encuentran ahí su nicho de votos. Y, después de señalar, levantan el puño y exclaman que ellos lo cambiarán todo. El descontento y la desesperación son siempre más fáciles de manipular. Porque llegado el momento, podemos pensar que ya no se puede perder más. Y sin embargo, se puede.
Por eso, no es que haya miedo al cambio. Es que algunas ideas que nos pretenden vender como nuevas, no lo son. Es que sus discursos están en los libros de autores que murieron antes de que ellos nacieran. Es que ya hemos visto los desastres de su aplicación práctica. Somos conscientes de que hay cambios que no van a mejor a pesar de las mejores intenciones. Y más conscientes aún del poco tiempo que se necesita para perder lo que tanto trabajo ha costado ganar.
acertado como siempre te recomiendo la sociedad liquida